Hace unos años atrás, mover el volante para un conductor era una tarea titánica, sobre todo si el automóvil se encontraba estacionado. Muchas veces, hasta utilizaba la fuerza de ambas manos para moverlo.
La tecnología automotriz ha evolucionado notablemente hasta nuestros días, donde los automóviles casi pueden manejarse con un solo dedo.
La diferencia reside en el sistema de dirección que se utilizaba antes, y el que ahora se emplea en los vehículos. Esto es, se pasó de un sistema de dirección mecánica, que trabajaba exclusivamente con la fuerza que realizaba el conductor, a un sistema de dirección asistida. Este último sistema es considerado uno de los grandes avances alcanzados en la historia de la industria automotriz, por haber facilitado radicalmente la conducción de las personas. Pero esto no significa que no presente problemas.
Antes de adentrarnos en los problemas que pueden suscitarse con la dirección asistida, es propicio dar una definición acerca de qué es la dirección asistida.
El sistema de dirección asistida es aquel que permite controlar la trayectoria del vehículo con facilidad. Consiste en un conjunto de mecanismos que orientan las ruedas delateras (o directrices) de manera que el conductor pueda controlar la trayectoria del automóvil sin mucho esfuerzo.
Los orígenes del sistema de dirección asistida se remontan al ejército. En efecto, fueron ideados como una aplicación militar, para que los conductores no realizaran demasiado esfuerzo físico cuando debían girar el volante de maquinaria pesada y camiones militares.
Hoy en día la dirección asistida se aplica a la totalidad de los vehículos que se ofrecen en el mercado, facilitando la experiencia del conductor, el cual mediante este sistema puede reaccionar de manera más efectiva e inmediata ante imprevistos, realizando maniobras a poca velocidad.
En cuanto a los sistemas de dirección asistida que pueden encontrarse actualmente en el mercado, deben citarse tres: hidráulicos, electrohidráulicos y eléctricos o electrónicos. Debe decirse que los últimos han ganado terreno en los últimos tiempos, debido principalmente a que poseen un peso menor, y el consumo energético es más eficiente.
En los sistemas hidráulicos, una bomba conecta directamente con el motor a través de una correa auxiliar. Su funcionamiento se basa en el paso del fluido por el pistón de la bomba, que aumenta y equilibra la presión cuando el conductor inicia o detiene el movimiento del volante.
Los sistemas electrohidráulicos funcionan de manera similar, pero utilizan un motor eléctrico para mover la bomba hidráulica.
Los sistemas electrónicos montan un sistema más sencillo de doble piñón, encargado de aplicar la fuerza necesaria para que el vehículo gire con mayor suavidad.
Respecto a cuáles son las fallas más comunes de los sistemas de dirección, esto dependerá de acuerdo al sistema de que se trate.
Así, en el caso de los hidráulicos y los electrohidráulicos, las averías habituales tienen que ver con la rotura de la correa auxiliar, fugas de fluidos o presencia de impurezas.
En el caso de las direcciones hidráulicas, los principales problemas se relacionan con el líquido de dirección. Quedarse, por ejemplo, sin nivel de ese fluído puede acarrear un grave problema.
Asimismo, es sumamente importante poner especial atención a la pureza del líquido, y tener cuidado al rellenarlo, para que no se mezclen cuerpos extraños, y siguiendo siempre las instrucciones del fabricante.
Las razones por las cuales puede producirse una fuga de aceite son variadas. En relación con el distribuidor, pueden presentarse juntas tóricas y retenes defectuosos, e incluso rotura de dicho dispositivo. También, pueden presentarse defectos en conexiones de tubos, retenes y juntas tóricas del cilindro. Asimismo, una rotura de la carcasa puede dar lugar a una fuga de aceite.