Al realizarse una instalación eléctrica domiciliaria se emplean distintos tipos de cables, y a los efectos de contar con una instalación segura es importante conocerlos, y asesorarse por profesionales para poder elegir los cables adecuados según el uso
En primer lugar, es importante definir qué es el cableado eléctrico. El mismo está conformado por todos los cables empleados en una instalación, para conducir la electricidad de un punto a otro. Así, el cableado transporta la corriente eléctrica desde el punto donde se encuentra el cuadro eléctrico general en nuestro hogar hacia el resto de los puntos de consumo como ser enchufes, puntos de luz, etc.
Los cables eléctricos están realizados en cobre o aluminio por lo general, dos materiales conductores.
El material conductor se encuentra en el interior, y es recubierto por varias capas de material plástico, las cuales cumplen la función de evitar que la corriente salga al exterior. Una capa aislante recubre la parte metálica, luego otra capa de relleno aisla y hace que el cable tenga su forma redonda, y por último una capa exterior más gruesa protege y evita el deterioro de los elementos anteriores.
Los cables eléctricos pueden clasificarse en función de determinados factores:
- Según la tensión que soportan, es decir, baja o alta. Los cables domésticos son cables de baja tensión.
- Según la cantidad de conductores que poseen en su interior, pueden ser unipolares, bipolares, tripolares, tetrapolares o pentapolares.
- Según el tipo de material del que se encuentran compuestos, tanto sus conductores, los cuales pueden ser de cobre, aluminio, aleaciones de estos últimos, como sus aislamientos, esto es PVC, goma de etileno, propileno.
Es importante saber que cada cable posee una nomenclatura específica y determinada que provee cierta información, como ser el nivel de tensión máxima que puede soportar, el tipo de aislamiento, la forma del cable, entre otros.
La nomenclatura se encuentra regulada a nivel internacional, y es por ello que es de suma relevancia asesorarse con personal capacitado y especializado antes de emprender la realización de una instalación hogareña.
En una vivienda familiar lo más usual es realizar una instalación monofásica, en la cual el cableado estará conformado por conductores de distinto color, a saber: azul para neutro, marrón, gris, blanco o negro para fase y verde-amarillo para la toma a tierra. El aislamiento empleado es el de PVC, y es empotrado con caño corrugado.
En una instalación eléctrica doméstica se emplean cables de diferentes secciones, siendo las más habituales las siguientes:
Para iluminación y automatización: cable de 1,5 mm2 de diámetro.
Para tomas de corriente de uso general, para el baño y la cocina: cable de 2,5 mm2.
En los puntos de gran consumo (lavadoras, secadoras, lavavajillas y termo): cable de 4 mm2.
En cocina, horno y climatización: cable de 6 mm2.