El sistema de dirección de un automóvil es el encargado de orientar las ruedas a voluntad del conductor, con suavidad y precisión, a la vez que se ocupa de mantener la estabilidad del auto.
Cuando se trata de sistemas de dirección hidráulica, la fuerza a aplicar sobre el volante se reduce notablemente, ya que dicho esfuerzo es realizado por el sistema hidráulico.
Adentrándonos en lo que se refiere a los aspectos técnicos de un automóvil, el sistema de dirección representa uno de lo más importantes a tener en cuenta.
Esto es así, ya que una dirección en buen estado de conservación garantizará una rápida y efectiva reacción ante cualquier maniobra que el conductor quiera realizar. Para esto, será necesario contar con un correcto funcionamiento de los elementos que la componen.
Dado que no sólo es importante prestar atención a ciertos aspectos que pueden poner en peligro la seguridad de quienes viajan en el automóvil, como ser el estado de los frenos o los neumáticos, llevar un mantenimiento periódico y exhaustivo del sistema de dirección es igual de relevante.
A estos efectos, en primer lugar deben revisarse cada uno de los elementos que componen el sistema de dirección.
Los elementos más utilizados en la barra de dirección son los extremos de dirección, la cremallera de dirección y los bujes de guía de la barra.
Luego, en la columna de dirección es importante revisar el piñón de dirección.
Asimismo, en el sistema hidráulico de las direcciones asistidas debe comprobarse cada cierto período de tiempo que la presión de la bomba sea la correcta, y que no se produzcan fugas en el circuito.
Por otro lado, y con el coche en marcha, debe verificarse que todos los elementos de la dirección, sea ésta mecánica o asistida, funcionen correctamente. Una vez hecha dicha comprobación, probablamente deba ajustarse al alineación de la dirección y balancear o equilibrar los neumáticos.
Un tercer aspecto a tener en cuenta es el lubricante. Si hay faltante de líquido, esto perjudica al sistema de dirección. Este último también puede perjudicarse con la mala presión o desgaste excesivo de los neumáticos, o por el mal estado de los amortiguadores.
Para finalizar, es importante recordar que siempre se deberá consultar con un profesional mecánico cualquier duda, o si se observaran síntomas preocupantes que pudieran poner en peligro el normal funcionamiento del automóvil.