Internet del futuro. En el marco del 25avo. aniversario de la gran red, la consultora Pew Research Center solicitó a expertos que proyecten cómo será la plataforma dentro de una década. Estiman que Internet será una herramienta vital y no opcional, que se diversificará, y que será tan accesible e “invisible” como actualmente es la electricidad.
12 de marzo de 1989. Tim Berners-Lee, un investigador de la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN), redactaba el mítico borrador que estableció los vectores de Internet tal como la conocemos hoy, incluyendo hipervínculos y otros chiches que aún corren en el gran entramado digital. Al mismo laboratorio europeo se le adjudica la primera imagen subida a Internet hace más de dos décadas: un GIF retocado de dudoso criterio estético, fotografía que promocionaba a un grupo musical humorístico conformado por secretarias y novias de los científicos de aquel claustro. ¿Podían imaginar los internautas de los tempranos noventas (en su mayoría ingenieros y programadores, geeks hechos y derechos) que Internet se transformaría en un protagonista estelar de la escena humana, tan sólo veinte años después?, ¿su inventiva osaba creer que aquel archivo de imagen sería el primero de miles y millones que se comparten a través de redes sociales, portales dedicados y servicios de mensajería?
Entre la predicción y la realidad media una inevitable cortina de niebla, un vidrio ancho y opaco. No obstante, con base en la experiencia del presente, voces expertas gozan del permiso para aventurarse a imaginar el futuro. Aquella puede ser establecida como la esencia medular de “Vida digital en 2025”, un informe a cargo de Janna Anderson y Lee Rainie divulgado por la consultora Pew Reserch Center. Sobre él nos concentraremos en este repaso para intentar espiar cómo será Internet cuando la plataforma se ubique en el justo medio entre la tercera y la cuarta década de su existencia.
Quince tesis sobre el futuro de Internet
Según revela Pew Research Center (en adelante, PRC) el informe versa “sobre el futuro de cosas tales como la privacidad, la seguridad informática, la ‘Internet de las cosas’ y la neutralidad de la red”. Reclutados entre noviembre de 2013 y enero del año en curso, el informe sienta base en las opiniones de más de 2500 especialistas, entre los que se incluyen hombres y mujeres de ciencia, sociólogos, abogados, académicos, ingenieros, periodistas, etc. Según indica PRC, el caudal de voces ha confluido en un total de quince tesis en torno al futuro de la gran red y la vida digital. De aquel volumen, la mirada positiva aparece al tope: ocho tesis presentan una faceta esperanzadora, seis son pesimistas y una última se ubica en una zona gris definida por la neutralidad.
Los esperanzadores
El flujo de Internet (el intercambio de información) será como la electricidad: integrada a la vida diaria y, por tanto, invisible. “Será cada vez más normal que los dispositivos tengan sus propios patrones de comunicación y sus propias redes sociales (…) En forma creciente, los seres humanos viviremos en un mundo en el cual las decisiones serán tomadas por dispositivos que cooperarán entre sí. Internet será una plataforma más generalizada, pero menos explícita y visible”, sostuvo al respecto David Clark, hombre de Laboratorio de Ciencias Computacionales e Inteligencia Artificial del célebre instituto MIT. Por su parte, Joe Touch, director de la Universidad de Ciencias de la Información de la Universidad de Carolina del Sur, vaticinó que “Internet ya no será el lugar donde encontramos videos de gatos para integrarse a nuestras vidas cotidianas” y que no tendremos que conectarnos a Internet para buscar algo, pues simplemente estaremos conectados en forma tan constante como natural, según se desprende de sus palabras.
Otras miradas de tenor positivo listadas en el informe de PRC enfocan el prisma en el valor educativo e inclusivo de Internet. “Fomentará las relaciones planetarias y reducirá la ignorancia”, indican en sintonía con esfuerzos emprendidos por diversas organizaciones a nivel mundial que procuran llevar la Web a regiones con bajos niveles de conectividad (Mark Zuckerberg, CEO de Facebook, y Bill Gates, fundador de Microsoft, son abanderados de estos movimientos). Otros especialistas, como el autor Patrick Turner, hablan de la expansión de la conciencia que implica el advenimiento de la “Internet de las cosas” y la inteligencia artificial. “Cuando el costo de recolectar información sobre cada interacción se reduzca a cero, las percepciones de nuestra actividad, en el contexto de la actividad de otros, cambiará fundamentalmente el modo en que nos relacionamos los unos con los otros, con las instituciones y con el futuro. Seremos mucho más conscientes de las consecuencias de nuestras acciones y editaremos nuestros comportamientos más rápida e inteligentemente”, señaló.
La salud es, según algunos expertos consultados en el informe, otro de los campos que se beneficiará en forma sostenida gracias a los avances de las herramientas digitales. Tal como reveló Reuters recientemente, grandes compañías del sector, como Apple, son conscientes de ello. Los de Cupertino, según indicó la agencia de noticias, han contratado a especialistas en este campo para el desarrollo de iWatch, el dispositivo en el que debutarán en el sector de los relojes inteligentes. Otro caso es el de Google, el cual fue reseñado en esta nota de DattaMagazine. Retomando el informe de PRC, Aron Roberts, de la Universidad de California-Berkeley, dijo: “Existirán dispositivos y sensores que nos ayudarán con los cambios de nuestra vida y nos permitirán acceder a una detección temprana no sólo de enfermedades, sino también de riesgos ante enfermedades. Podríamos ajustar medicamentos y cambios de vida día a día o incluso cada hora”. La tendencia señalada por Roberts, como hemos visto, parece estar aterrizando definitivamente en estos días, anticipándose al año 2025. Nicole Ellison, otra especialista que consultó PRC, agregó una interesante intersección de senderos: Internet, política, salud y educación. Esta profesora de la Escuela de Información de la Universidad de Michigan opinó que “al tiempo que más y más personas estén conectadas a la red, habrá un incremento en la conciencia de disparidades en temas como atención médica, agua potable, educación, alimentación y derechos humanos”. Internet será un despertador.
Otra de las predicciones vislumbradas es la diversificación de Internet. No habrá “una Internet” sino muchas. “Internet se fragmentará. La conectividad global seguirá existiendo aunque lo hará a través de una serie de canales separados, controlados por una serie de protocolos separados. Esto se hará necesario a raíz de nuestros problemas de seguridad y de las ciberpolíticas de naciones y empresas”, dijo el activista 2.0 Ian Peter. Esta línea de pensamiento ha comenzado a hacerse patente en una serie de noticias recientes: luego del escándalo por el espionaje llevado a cabo por la NSA, Estados Unidos anunció que en septiembre de 2015 terminará su relación con ICANN, el organismo que regula a nivel mundial los dominios Web. Seguidamente, durante los últimos días de abril se celebró en San Pablo NetMundial, una cumbre que estableció la participación necesaria de múltiples actores en la escena online y el fin de la hegemonía estadounidense en el control de la red.
Pulgares abajo
No todo es color de rosas en la bola de cristal de los especialistas consultados por PRC. Lejos de la unidad y cooperación que procuró divulgar NetMundial, Paul Babbit, de la Universidad de Arkansas, opinó que “los gobiernos se volverán mucho más efectivos en usar Internet como un instrumento de control político y social”. Oscar Gandy, docente de la Universidad de Pensilvania, señaló: “Tendremos que pensar seriamente sobre los conflictos que surgirán en respuesta a la desigualdad facilitada por transacciones que beneficien a segmentos pequeños de la población a nivel mundial. Las redes sociales facilitarán y extenderán los sentimientos de pérdida y abuso”. Otro de los consultados anotó que el crecimiento y evolución de Internet no implica que los seres humanos también progresen y entierren sus defectos en el pasado. “El ciberterrorismo será el pan de cada día. La privacidad y confidencialidad será algo del pasado. Las divisiones digitales crecerán más allá del control de las naciones y las organizaciones internacionales como la ONU. Esto creará polarización planetaria, algo que será aprovechado por las compañías internacionales”, dijo Llewellyn Kriel, CEO de TopEditor International Media Services.
Entre las miradas pesimistas aparece aquella que indica que los seres humanos no lograremos adaptarnos a los cambios de la gran red. “Asistiremos a un cambio de paradigma, algo que puede ser bueno pero que también conduce a situaciones precarias pues causa una pérdida de valor en las estructuras ya existentes. Deberá producirse un nuevo orden mundial para acomodar a estas nuevas formas”, indicó Nishant Shah, académico de un claustro alemán.
A medio camino
En última instancia aparece la anticipada óptica neutral, separada en una tesis final. “La mejor forma de predecir el futuro es inventarlo”, titula PRC y anota la opinión de Sonigitu Asibong Ekpe, de la Fundación AgeCare: “El mayor impacto de Internet es que nos lleva a imaginar qué caminos podríamos tomar en el futuro. Estos caminos nos permiten preparar mejores contingencias a largo plazo. Ya esperamos que miles de millones de personas se unan a las economías emergentes de Internet, pero aún debemos imaginar quién les dará acceso, cómo, cuándo, en qué condiciones y a qué precios”.
Dattamagazine
Escrito Por: Uriel Bederman
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