Para comenzar, es preciso definir qué son los materiales eléctricos. Son aquellos utilizados para la producción, distribución, transformación y utilización de energía eléctrica, como ser transformadores, máquinas, aparatos, instrumentos, dispositivos de protección, entre los más destacados.
Los materiales eléctricos pueden ser clasificados en tres categorías, según su comportamiento ante la electricidad: aislantes, semiconductores y conductores. Es decir, cómo se comportan dichos materiales eléctricos ante la presencia de campos eléctricos.
Conductores eléctricos: se denominan de esta manera a aquellos cuerpos con capacidad para conducir electricidad. Están formados por un conductor, que por lo general es de cobre. Puede estar constituido por una sola hebra, o tratarse de un cable con varios alambres retorcidos. El cobre y el aluminio son los materiales más utilizados en la fabricación de conductores eléctricos.
Aislantes eléctricos: no conducen la electricidad, y por ello son empleados como aislantes. Pueden citarse el vidrio, la cerámica, el plástico, la goma, la mica, la cera, el papel, la madera seca, la porcelana, algunos tipo de grasas para uso industrial y electrónico, y la baquelita.
Los conductores eléctricos están revestidos siempre por algún aislante.
Semiconductores: se trata de aquellos cuerpos que poseen una conductividad eléctrica inferior a la de un conductor metálico, pero superior a la de un aislante. Pueden comportarse como conductor o aislante dependiendo de diversos factores, tales como el campo eléctrico, la presión, la radiación o la temperatura ambiente en que se encuentre.
Ejemplos de esto son el silicio, el germanio y el selenio.
Pasando ahora a los materiales eléctricos más utilizados en instalaciones domiciliarias, podemos citar a los siguientes:
Cable eléctrico: es un conductor de la electricidad, y es fabricado generalmente en cobre o aluminio. Podría decirse que el cobre posee mayores ventajas mecánicas y eléctricas respecto al aluminio. Siempre deberán evaluarse los requerimientos eléctricos de la instalación a realizar, para luego determinar qué tipo de cable a utilizar. En efecto, los cables pueden conseguirse en diferentes presentaciones, con distintas características según la necesidad de cada trabajo.
Tomacorriente: consiste en uno de los materiales eléctricos encargado de establecer una conexión segura con un enchufe. El tomacorriente también es conocido como hembra, y se aplica de forma empotrada. Hoy en día en el mercado pueden encontrarse infinidad de tomacorrientes con diseños y estilos diversos, para completar la decoración del ambiente que se trate. Cuenta con dos piezas metálicas que completan la conexión con el enchufe y habilitan la circulación de la electricidad.
Interruptor: tal como su nombre lo indica, es el encargado de interrumpir el flujo de corriente eléctrica. Consta de dos contactos que al estar separados no permiten el paso de la electricidad. Cuando el switch es presionado, une con presión a dichos contactos para que la corriente eléctrica circule.
Bombilla: este dispositivo produce luz, mediante el calentamiento de los filamentos de metal hasta que los mismos toman color blanco, producto del paso de la corriente. Hoy en día las bombillas con tecnología led son las más beneficiosas para el ahorro energético y el cuidado del medioambiente.
Sócate: se llama de esta manera a la parte metálica que se encarga de recibir el casquillo de la bombilla y garantizar la conexión de la lámpara con el circuito eléctrico.
Breaker: este dispositivo es imprescindible para la realización de cualquier instalación eléctrica. Esto, debido a que si se desencadenara un pico de electricidad, el breaker interrumpe el flujo de energía mientras el problema es solucionado.
En Transelec contamos con una gran variedad de materiales eléctricos, de las principales marcas del mercado, para brindar soluciones a los hogares y las empresas.